Internet de las Cosas: ¿México está preparado para esa tecnología?

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El país todavía tiene un largo camino por delante, pero puede vencer los desafíos y agilizar la adopción de esa tecnología en las empresas.

 

Internet de las Cosas: ¿México está preparado para esa tecnología?

 

El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) es la interconexión entre los objetos para transmitirse información mutuamente, el cual requiere una infraestructura de red que envía los datos lo más rápido posible.

Por su naturaleza, el IoT ha transformado los procesos corporativos. Por ejemplo, ha ayudado a las empresas a que conecten todos sus dispositivos para recolectar y compartir información y comunicarse. Es decir, ha vuelto más práctica y ágil la vida de las empresas, porque ha optimizado la forma en cómo monitorean y captan los datos de los consumidores. Por medio de dicha tecnología, es posible captar información de aplicaciones en un smartphone, dispositivos de entretenimiento y cualquier otro objeto diseñado para el IoT (Dispositivo IoT).

De esa manera, las organizaciones pueden mejorar cada vez más la relación con sus clientes. Los recursos del IoT pueden mejorar toda la infraestructura del negocio de forma inteligente, además de traer muchos otros beneficios.

 

 

En México, el Internet de las Cosas todavía está en proceso de desarrollo, pero felizmente existen muchas empresas públicas y privadas e instituciones gubernamentales que están avanzando en la creación de soluciones con este tipo de tecnologías para hacer la productividad más eficiente, reducir desperdicios, aumentar la eficiencia y ofrecer una mejor atención al cliente.

De acuerdo con previsiones de la consultoría Gartner, en el 2020, habrá un total de 20.8 mil millones de dispositivos conectados a la red, lo cual significa que se conectarán 5.5 millones de dispositivos al día. De este modo, es posible hacer rentable la aplicación del IoT.

México ya tiene potencial para volverse un desarrollador y productor de dispositivos IoT. Su situación geográfica y la calidad del trabajo desarrollado en el país, en términos de tecnología y fabricación, lo hacen capaz de desarrollar productos para todo el mundo.

En los encuentros tecnológicos realizados a nivel internacional en lo que lleva de este año, ha habido dispositivos que se incluyen en el Internet de las Cosas, algunos de ellos se destacan por su conectividad con la red 5G, que empezará a funcionar en México en los próximos años.

El país ha pasado por un período de transformación de mercado en varios sectores. Dichos cambios son fundamentales para organizar nuevas estrategias, tanto corporativos como gubernamentales, que puedan acelerar el proceso de “transformación digital” y que puedan impulsar, a su vez, la popularización de tendencias como el IoT.

De acuerdo con Christian Clapes, quien dirige el foro ICM sobre Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas y Big Data, el país tiene todo lo que se necesita para reforzar su madurez tecnológica y puede llegar a un mercado valuado en 4 millones de dólares en el 2022.

Todavía hay desafíos por delante

Aunque el panorama tecnológico es prometedor, todavía hay muchos desafíos que se deben enfrentar, como el refuerzo de modelos basados en el Internet de las Cosas y otras tecnologías. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el volumen de dispositivos IoT en México es poco superior a los 8 millones de objetos conectados.

Ese número lo sitúa por detrás de países como Corea del Sur y Brasil. Si comparamos lo que dicen las estadísticas con relación a la población, la penetración de los dispositivos conectados es igual al 6,3% de la población mexicana. De este modo, el país ocupa la 18ª posición en una muestra de 24 países.

A pesar del bajo número de dispositivos IoT conectados en México, las inversiones realizadas actualmente, la baja de los costos de las tecnologías, así como el aumento de uso de dispositivos que calculan, crean, gestionan y protegen la información, están permitiendo que las empresas mexicanas, para superar esos desafíos, creen nuevas fuentes de valor, tales como:

 

  • Agilizar el tiempo de comercialización de servicios y productos, con lo cual se responde de forma más adecuada a las necesidades de sus clientes;
    Capturar más datos sobre sus procesos y productos para mejorar la agilidad del mercado;
    Monetizar los servicios adicionales en líneas tradicionales de negocios;
    Adoptar un control interno en la empresa, que incluye el rastreo de la cadena de aprovisionamiento de punta a punta, lo cual reduce, considerablemente, los costos de la organización;
    Tomar decisiones más rápidas y precisas sobre precios, logística, ventas y soporte a la implantación.

 

Aunque haya un largo camino por delante, las posibilidades de desarrollo del Internet de las Cosas están presentes en México y las empresas deben usarlas para construir un mercado más inteligente, sostenible y capaz de ofrecer una mejor atención a los consumidores.

 

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