En la era de la tecnología virtual, cada vez más dispositivos estarán conectados al internet y los carros no escapan de esa realidad. De acuerdo con datos americanos, el mercado de carros conectados señala un crecimiento de más del 45% en los próximos años, lo que representará un aumento de casi un 10% en relación al propio mercado de los carros tradicionales.
También el informe divulgado por BI Inteligence identifica que, para el 2020, un 75% de los carros que se estrenarán el todo el mundo podrán, por ejemplo, compartir canciones y películas, hacer llamadas, enviar y recibir archivos, acompañar las condiciones de tránsito y climáticas en tiempo real y ofrecerles a los conductores opciones de soporte, como el auto estacionamiento.
Los inventos permitidos por la conexión Wifi y virtual prometen hacer la vida de las personas más fácil en muchas formas. En el caso de los carros conectados, las aplicaciones pretenden, sobretodo, mejorar la experiencia de conducción, diciendo, inclusive, cuál es el camino con menos tránsito, ofreciendo las más diversas formas de entretenimiento para una movilidad segura y agradable.
No obstante, en ese contexto, los fabricantes deben, además de explorar todas las posibilidades de las aplicaciones que traigan comodidad y entretenimiento, estar atentos a las cuestiones de seguridad y privacidad.
Con tantas posibilidades de conexión, se aumentan los riesgos de ataques cibernéticos. Para hacerse una idea, las capacidades innovadoras de un carro conectado son posibilitadas por más de 300 millones de líneas de códigos, más de lo que un Boeing posee. De esa forma, se percibe el tamaño de la preocupación que los desarrolladores tienen en concebir tales productos.
Como todo software, los sistemas de control de un carro conectado pueden ser comprometidos y controlados remotamente si llega a ocurrir un ataque. Eso debido principalmente a las fallas causadas por un software mal escrito y esto representa un compromiso real, en lo referente a la seguridad física y personal de los conductores. Para ejemplificar lo expuesto, en el 2015, una falla en un Jeep Cherokee permitió que dos especialistas en seguridad cibernética lograran fácilmente manipular remotamente el carro prendido, comprometiendo sus funciones básicas.
Un ciberataque en uno de esos vehículos conectados representa, por lo tanto, una amenaza bastante significativa, ya que, además de controles básicos, como desbloquear el vehículo, se podría usar para violaciones de privacidad, como el rastreo o persecución de personas e inclusive robo o la propia destrucción del carro. Otro punto de atención de la seguridad cibernética en ese sector es la exposición de datos bancarios y otras informaciones financieras de los propietarios, ya que algunas de esas aplicaciones presentes en los vehículos, en algún momento, pueden usar esos datos.
Queda en evidencia un enorme desafío del sector de la ingeniería, el trabajar en la mejoría efectiva de los sistemas de seguridad de los automóviles conectados. No obstante, la realidad del mercado hoy muestra que, aunque los riesgos sean reales, la industria no los está llevando lo suficientemente a serio. Eso queda demostrado en el hecho de que los fabricantes no mantienen los registros de posibles invasiones y que casi todos los fabricantes de equipos originales o proveedores de componentes para carros conectados, son actualmente incapaces de responder a los ataques en tiempo real.
Algunas iniciativas ya empezaron a sobresalir en el intento de abordar ese problema. Una de ellas es el incluir el reconocimiento y análisis de informaciones sobre hacks en carros conectados, formando una especie de observatorio de tendencias de ataques de ese tipo. Pero, hasta que los fabricantes no actúen efectivamente con medidas de seguridad, los propietarios estarán efectivamente expuestos a ataques. Lo que se puede hacer es chequear que es lo que esas aplicaciones existentes permiten hacer cuando su carro está conectado, además de la recomendación de bajar aplicaciones solo de las tiendas certificadas, como iStore o Google Play. Aplicaciones de terceros también deben pasar por un pre-procesador, que puede evaluarlas para ver los riesgos de seguridad.
Los carros conectados ya hacen parte del cotidiano de las personas y son una innovación presente principalmente en países más desarrollados. Su existencia, cada vez más común en la era del Internet de las Cosas, demuestra una necesidad real y desafiadora del desarrollo de medidas de seguridad cibernética para proteger, realmente, a los consumidores.
Fuentes:
https://datafloq.com/read/cyber-security-connected-car-internet-of-things/2275
http://idgnow.com.br/ti-corporativa/2016/03/11/opiniao-ciberseguranca-dos-carros-conectados-ja-desafia-a-engenharia/