En la ansiedad por ganar escalabilidad y mercado, los desarrolladores de dispositivos del Internet de las Cosas pueden estar dejando a un lado un punto muy importante de cualquier tecnología: la seguridad.
De acuerdo con las previsiones de la IDC, el mercado de IoT tendrá crecimiento de 13.6% al año a nivel mundial, alcanzando inversiones que llegarán a $1.2 trillones de dólares para el 2022.
Durante el 2018, fueron vistos errores primarios como errores de implantación de abastecedores, proveedores de servicios vendiendo datos a terceros y fallas de reconocimiento de voz. A continuación, enlistamos los desaciertos más notorios durante el año pasado:
Sucedió con Amazon Echo Dot, levantando también otras fallas e incidentes con otras marcas de asistentes personales.
En fin, IoT es una tecnología que está siendo impulsada durante los últimos cinco años y la ansiedad del mercado por novedades, así como por la agilidad, causan fallas como las arriba mencionadas. Algunas de ellas fáciles de ser corregidas, pero que ya dejan abiertas muchas posibilidades para personas con malas intenciones.
Una investigación de Dynatrace apunta que los consumidores están perdiendo la confianza en el uso del IoT. De acuerdo con el estudio, 62% de los entrevistados temen que la cantidad y frecuencia de los problemas aumenten de acuerdo con el desarrollo de nuevos dispositivos.
La investigación global con 10 mil consumidores asegura que el 52% de los usuarios de tecnología utiliza dispositivos de IoT, pero que el 64% ya enfrentan dificultades de rendimiento. Cuando preguntamos sobre los carros automáticos – una de las figuras más icónicas del Internet de las Cosas -, el 84% de los entrevistados dijeron que no usarían ese medio de transporte por miedo a que sucedieran accidentes.
O sea, la desconfianza del usuario final todavía es muy grande con relación al IoT. Aunque quieran utilizar las novedades o conectarse, muchos episodios de vulnerabilidades que han sido divulgadas desestimulan el consumo de esta tecnología.
Para conquistar a los clientes, abastecedores, fabricantes y proveedores, prácticamente tendrán que cambiar la llanta del carro en movimiento, continuando con la oferta de novedades, pero ajustando las fallas que surjan a lo largo de la utilización de los dispositivos.