Big Data, Internet de las Cosas, la Computación en Nube son conceptos muy bien conocidos en el mercado, especialmente el sector minorista y en el sector de la salud, los cuales se ven muy beneficiados por parte de los datos generados y analizados a favor del desarrollo de las nuevas herramientas, productos y servicios en sus mercados.
Sin embargo, estos conceptos ya se están empleando también en la agroindustria a partir del desarrollo de soluciones que incluyen máquinas conectadas a Internet, capaces de generar informaciones relevantes para el proceso productivo.
Para el 2045 ya habremos utilizado toda el área económicamente viable para la plantación en el planeta. El 30% de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden por falta de eficiencia tanto productiva, como de transporte, logística y de almacenamiento.
Esas dos afirmaciones sobre la agroindustria mundial revelan que hay una urgente necesidad de que se utilice la tecnología en toda la cadena productiva de alimentos para que haya una mejora significativa en el proceso.
En Brasil, un gran productor de alimento para el mundo, las empresas que tienen como objetivo la innovación tecnológica comienzan a unirse para capturar y evaluar los datos que podrán ser significativos a la hora de tomar decisiones en el sector, como, por ejemplo, la reciente creación del CIAG – Centro de Innovação de Agro negocios, que nació de una asociación con Intel y la empresa nacional Jacto, especialista en pulverización agrícola.
En ese centro, se evaluarán los datos que hoy son capturados por sensores instalados en las máquinas, sumando la información de interpretación de datos agronómicos y cómo éstos pueden ser aplicados para el desarrollo de nuevas máquinas o mejores, especialmente en la cuestión de mantenimiento preventivo, lo que probablemente sería uno de los mayores beneficios para los agricultores, que no necesitarán parar sus máquinas por más tiempo que lo necesario para arreglarlas.
El internet de las Cosas en el campo permite tener datos precisos sobre el clima, terreno, índice pluviométrico en diferentes épocas del año y todas las otras cosas que son necesarias para establecer la cantidad de agua necesaria para un riego. También es capaz de relacionar la temperatura del motor con la inclinación de un terreno y mostrar la cantidad de combustible que está siendo usado en es rampla.
Una de las mayores dificultades, sin embargo, es en relación a la infraestructura alrededor de este proceso de captura de los datos, ya que en el campo hay poca cobertura de señal de Internet, lo que dificulta que las informaciones se capturen en tiempo real. La solución de los fabricantes de las máquinas agrícolas hoy en día es el almacenar informaciones generadas en las actividades y transmitirlas cuando haya conexión o después del final del trabajo, momento en el cual los datos son guardados por dispositivos físicos, como un pen drive.
Lo ideal sería que se transmitieran en tiempo real, lo que posibilita generar alertas directamente a un centro de control para un operador en la máquina, esto permite que se discuta la eficiencia de la aplicación de insumos en determinada condición climática, por ejemplo. O la velocidad en la que una plantadora debería estar pasando por el campo para evitar el desperdicio de semillas en un día con mucho viento.
Otra grande dificultad en la alta tecnología empleada en el campo es encontrar mano de obra capacitada para ajustar los equipos, especialmente porque deben saber interpretar datos para ejecutar instrucciones de un especialista.
Los anteriores son problemas que al poco tiempo comienzan a ser superados por la agroindustria, justamente porque a muchos les interesa actuar con más eficiencia, buscar soluciones a partir de combinaciones de datos que podrán ayudarles a entregar productos con costos más reducidos y/o con mejor calidad en un periodo cada vez más pequeño.
Fuentes:
http://computerworld.com.br/intel-e-jacto-criam-centro-de-inovacao-em-iot-para-o-agronegocio-no-brasil
http://revistagloborural.globo.com/Revista/Common/0,,ERT230139-18077,00.html