2020 fue un año de disrupción en todos los aspectos, la crisis sanitaria representó cambios profundos en todos los ámbitos; en la manera de hacer negocios, de trabajar, de vivir. En el campo de la infraestructura digital esta coyuntura aceleró años de transformación.
Empresas de todos los tamaños y sectores dieron paso a una acelerada adopción de infraestructura y tecnología digital en solo un par de meses. Fue un cambio que pudo haber ocurrido a un ritmo natural en los próximos 3 a 5 años.
Mientras que Covid-19 ha dominado los titulares desde el año 2020, el desarrollo y el despliegue de la infraestructura de las TI han supuesto una tendencia irreversible hacia una rápida transformación digital y no solo en el sector corporativo, sino más allá, en gobiernos y sociedad por igual.
Una catálisis que ha sido clave para la continuidad de la mayoría de los negocios y la resiliencia social, así lo ratifica un completo informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones de la ONU (ITU).
En este agitado océano de disrupción no es sencillo vislumbrar las tendencias tecnológicas en la infraestructura digital para los años venideros, pero haremos una aproximación.
En una era de digitación casi absoluta una infraestructura en TI basada en arquitectura propia es cada vez menos funcional.
Soluciones y tecnologías en TI nativas de la nube como: Microservices, arquitectura API first; contenedores, DevOps y sus sistemas de orquestación, además de redes de servicios e infraestructura inmutable, se juntan para que empresas de todos los tamaños y sectores desarrollen, ejecuten y gestionen sistemas y aplicaciones escalables y de fácil despliegue global.
Un nombre conjuga todo ello y representa la punta del iceberg: Arquitectura híbrida Multi-Cloud, un cambio acelerado y significativo para 8 de cada 10 empresas de clase mundial con requerimientos más exigentes en disponibilidad, agilidad, rendimiento y latencia, según reporte de IDC Corp.
Finales del 2020 y las soluciones nativas de la nube lo respaldan todo, especialmente las tendencias tecnológicas que impuso la crisis sanitaria: desde eLearning hasta telemedicina, desde trabajo remoto hasta el boom del ecommerce.
Con una arquitectura en la nube, ya sea de entorno híbrido o Multi-Cloud, el despliegue y la gestión de una infraestructura distribuida globalmente se reduce a la construcción de un circuito cerrado y un sistema distribuido adaptable, gracias a las tecnologías y software abiertos.
El futuro apunta a la automatización: virtualizar, contener y abstraer cualquier carga de trabajo de los dispositivos físicos lo que posibilita un despliegue ágil de los recursos de infraestructura en TI y tiempos de implementación cada vez más rápidos, especialmente ante entornos híbridos Multi-Cloud.
Para el año 2023 las proyecciones estiman que 8 de cada 10 empresas evaluarán sus relaciones con proveedores y socios comerciales con base en el despliegue global de estrategias digitales, recursos y operaciones de TI autónomas.
Para la ITU la ciberseguridad es clave para una transformación digital fiable y sostenible.
Algo particularmente evidente durante situaciones de crisis como la pandemia de COVID-19, en la que toda organización se ha movido en línea y donde las ciberdefensas cedieron prioridad ante la magnitud de la coyuntura.
Una situación que no pasó desapercibida por los ciberdelincuentes quienes prosperaron en los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS), malware disruptivos y ransomwares, proliferación de URLs maliciosas y ataques smishing.
Y es allí donde los sistemas o plataformas de detección y respuesta de endpoints (EDR) emergen como una protección integral, a nivel corporativo mucho más allá de los antivirus tradicionales.
Otra tendencia tecnológica en la infraestructura digital es el paradigma first cloud.
Se estima que para el año 2023 más de la mitad de los datos empresariales se generarán y procesarán en la nube, un aumento significativo respecto al 10% reportado en el 2019.
Vivimos y trabajamos cada vez más en la nube y la infraestructura informática se aleja a un ritmo exponencial de los datos y la infraestructura centralizada geográficamente.
Desde herramientas de colaboración para individuos hasta el soporte a la banca, las aplicaciones y sistemas se diseñan desde cero en estructuras PaaS o IaaS de soluciones Multi-Cloud.
Arquitectura capaz de procesar un número inimaginable de datos de distintas fuentes, con apoyo de múltiples aplicaciones y microservicios capaces de interconectarse a baja latencia asegurando la mejor experiencia a nivel de usuarios.
A medida que la informática y los datos migren a entornos multinube, surgirán nuevos requerimientos de infraestructura específicos. Incluyen requisitos de capacidad y disponibilidad relacionados con presencia, energía, redes, hardware, necesidades de modularidad y extensibilidad; hasta operaciones completamente automatizadas (NoOps) y zonas de disponibilidad que abarcan múltiples centros de datos distribuidos.
Requerimientos que deberán integrarse de manera eficiente y optimizarse simultáneamente.
2021 es el año del inicio de la verdadera implementación del 5G, es todo un punto de inflexión en la conectividad.
Progresivamente los negocios incluirán a la red 5G en su implementación de infraestructura informática, cuyas funciones y requerimientos demandan una arquitectura extendida a la nube.
Entornos de TI cercanos a la red 5G y centros de datos adyacentes a la nube dotados de una mayor eficiencia, permitirán que en corto plazo aprovechar al máximo el boom 5G.
Una tendencia que apunta a innovadores paradigmas informáticos en usos que antes no podían aprovechar estos avances bajo principios de mayor y mejor cobertura geográfica, confiabilidad, ancho de banda y seguridad.
Hablamos de múltiplos en Gigabytes por segundo o velocidades 100 veces más rápidas, latencia de acceso de hasta 1 milisegundo y densidades de endpoints no vistas hasta ahora (drones, domótica, vehículos y otros equipos inteligentes).
En el plano corporativo, nuevos modelos comerciales y cambios importantes en infraestructura subyacente están a la vista.
Inteligencia artificial no es nada nuevo, pero sus avances tanto en hardware como en aprendizaje profundo transformarán muchos sectores y los primeros pasos ya se ven en conducción autónoma.
El caudal de datos que supone la IA se duplica cada 10 semanas y su eficiencia algorítmica cada 16 meses, contraviniendo principios como la Ley de Moore.
Y la infraestructura digital se prepara ejecutar las imponentes cargas de trabajo de la IA con menos centros físicos centralizados, más virtualidad y recursos para procesamiento.
La escalabilidad automática que ofrecen el entorno Multi-Cloud híbrido y sus modelos avanzados son la arquitectura ideal para recopilar y procesar los modelos de entrenamiento IA ante requerimientos cada vez más estrictos de potencia, latencia y rendimiento.
Detrás de la crisis sanitaria está el factor del cambio climático y a nivel global existe un consenso para el cambio de los objetivos corporativos hacia una agenda más a tono con la crisis ambiental.
Lo mínimo necesario es reducir las emanaciones de carbono. Las maneras en que la industria del hardware y TI pueden contribuir con ello es virtualizando sus estructuras físicas, haciendo de los equipos tangibles algo reutilizable y no contaminante, así como reduciendo los requerimientos de energía.
Es uno de los pronósticos del antes mencionado análisis de IDC Corp, específicamente alude que para el año 2025 9 de cada 10 empresas de la lista Forbes Global 2000 demandarán materiales reusables en sus cadenas de TI, metas de neutralidad de carbono para instalaciones con socios y proveedores además de menores requisitos de consumo de energía.
Ya desde el año 2020 varios operadores han apostado por fuentes alternativas de energía, metas de neutralidad de carbono y Big Data Centers a tono con la agenda de sostenibilidad en atención a acuerdos como el Green Deal de la UE.
De hecho, la próxima generación de centros de datos se descentralizará e integrarán a las comunidades como ecosistemas más acordes a la conectividad, generación de energía, emanaciones y calor.
Aun en las dificultades y severos cambios que impuso el brote sanitario, es claro que las cosas no serán como antes. Esta aceleración digital permanecerá y la comprensión de las nuevas tendencias que afectarán la industria digital por parte de los líderes de las organizaciones es clave en pro de adaptación y competitividad.